«Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
(San Mateo 18, 15-20)
Un retiro mensual es una práctica espiritual recomendada. El objetivo principal de este retiro es proporcionar a los asistentes una oportunidad de profundizar en su vida espiritual, reflexionar sobre su relación con Dios y fortalecer su compromiso cristiano en la Iglesia.
Jesucristo mismo, «lleno del Espíritu, partió del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde estuvo cuarenta días» (Lc 4,1-2). Después de la Ascensión de Cristo encontramos a los Apóstoles y a un grupo numeroso de fieles reunidos dentro del Cenáculo, en compañía de la Virgen Santísima, esperando la efusión del Paráclito que Jesús les había prometido.
Durante el retiro mensual, los asistentes participan en un rato de oración dirigido por un sacerdote, una charla y otras actividades espirituales. También hay un breve espacio para el coloquio y el intercambio. La idea es que, al apartarse del ritmo habitual de la vida cotidiana, los asistentes puedan encontrar momentos de silencio y reflexión para renovar su relación con Dios.
“Los hombres están siempre dispuestos a curiosear y averiguar vidas ajenas, pero les da pereza conocerse a sí mismos y corregir su propia vida.” (S. Agustín, Las Confesiones).